Los ácidos grasos esenciales son cruciales para el funcionamiento de numerosos organismos vivos y, en los seres humanos, para conservar un estado óptimo de salud. Se les puede asimilar a las vitaminas y, al igual que para ellas, hay deficiencias absolutas o relativas, y a veces incluso verdaderas carencias. (Michel, 2010)
Recientes estudios sugieren que el consumo de estos ácidos grasos (omega-3) son esenciales y tiene efectos benéficos sobre el cerebro, lo que quiere decir que necesitamos tomarlos en la dieta porque no los fabrica nuestro organismo, estos ácidos grasos se encuentran principalmente en el pescado azul y en ciertos vegetales.(Fernández, 2017)
Hace un mes para ser más exacta comenzamos a darle omega-3 a mi hija con TEA, ¡claro! esto fue consultado por su pediatra, al principio fue complicado poder tomar la decisión, ya que por la medicación que tiene por parte del paidosiquiatra,pensaba en alguna alteración durante el proceso, sin embargo, nos hemos dado cuenta que ha sido bastante positivo, notamos mejoría en cuanto a la atención y un poco en el habla, algo que me hace muy feliz.
Los resultados que se han obtenido en estudios realizados en niños con TDAH y TEA han sido muy efectivos, y aún más cuando se combinan Omega 3 y Omega 6, terapias conductuales, de lenguaje y los tratamientos farmacológicos habituales.
En general se sabe que los ácidos grasos omega 3 y 6 consiguen, cuando se toman a dosis adecuadas y recetadas por su pediatra, se consigue un buen funcionamiento en la sangre y por lo tanto esta sea más fluida y menos espesa, lo cual favorece la circulación de diferentes órganos del cuerpo, disminuyendo los riesgos cardiovasculares y también mejorando la circulación cerebral.
Así mismo se sabe que si aplicamos correctamente el tratamiento de Omega 3 y Omega 6 y las terapias esto favorece aún más un mejor funcionamiento de los mecanismos cerebrales generales y por tanto un excelente rendimiento cognitivo del niño o niña con autismo.
