La sanción a Nahuel: ¿justa y proporcional?
Nahuel Guzmán con el láser, en el Estadio BBVA. │ Screenshot
Durante la celebración del llamado Clásico Regio entre Rayados del Monterrey y Tigres de la UANL, el portero argentino Nahuel Guzmán protagonizó una increíble escena: sacó un láser y lanzó desde un palco un haz de luz contra el portero Esteban Andrada, quien se encontraba en el terreo de juego.
Si aquello fue solo un acto inocente, mal. Si fue con dolo, mal. Si fue un calentó del Clásico Regio, mal. Por todos lados mal lo de Nahuel Guzmán. Todo mal con el argentino, quien a la luz de los hechos no entiende de códigos, no juega limpio, nada de eso está en su adn.
El portero rosarino, un personaje nacido futbolísticamente en Newell's Old Boys, y que ha ganado cinco títulos de Liga MX con Tigres, es un símbolo para el club, uno de los referentes de una época exitosa, totalmente gloriosa y llena de protagonismo, por eso no debió hacer lo que hizo. No debió.
Sometido no solo al juicio público en las redes sociales, Nahuel Guzmán además ya recibió una importante sanción por parte de la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol; le dieron 11 partidos, le impusieron una multa económica y hasta trabajo social o comunitario. ¿Pero fue una dura sanción? ¿Fue adecuada o proporcional?
Habría que decir que actualmente Nahuel no juega con Tigres, que está lesionado y que por ello pudo hacer desde un palco su jugarreta del láser; por lo tanto, hay quienes legítimamente sostienen que los 11 partidos contra Guzmán no son más que una simulación, porque al menos otros dos partidos de suspensión son con cargo de dicha lesión.
La duda se sostiene, pero al menos hubo sanción, porque les cuento que pudo no haberse dado, la Comisión Disciplinaria deslindarse y haber dejado “la sanción” en manos del club local, desde cuyo cometió el agravio, lo que no ocurrió. Al final se sancionó al club local, a Nahuel y se vetó a dos aficionados “agresores” evidenciados por videos en las redes sociales.
Se puede concluir que la sanción en contra de Nahuel Guzmán es justa, porque era necesario aplicar una; en un país en el que la impunidad es sello, no solo en el ámbito deportivo, dejar pasar una escena como la protagonizada por el portero hubiera sido un agravio.
Sin embargo, ¿es proporcional? No. Porque aunque la Comisión Disciplinaria de la FMF hizo lo que le tocaba desde su trinchera, Tigres se hizo de la vista gorda; el club universitario que presume principios y valores en su página oficial de Internet ahora simplemente volteó a otro lado. Para eso, mejor ni los presuman.
Importante
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