Los estímulos sensoriales son aquellos que recibimos, a través de los sentidos, estos nos ayudan a percibir y a relacionarnos con nuestro entorno, sin embargo, los niños con autismo suelen tener sobrecargas sensoriales, ¿a qué se refiere?, ellos pueden percibir olores, ruidos o texturas con mayor facilidad, lo que en ocasiones les puede provocar sobreestimulación o crisis sensoriales. (Bort, 2021)
En uno de los libros de los cuales me he letrado-llamado Pedagogía de los sentidos- pude rescatar lo siguiente: un psiquiatra y un neurólogo de finales de siglo XIX, comentaron: “Todo proceso intelectual, todo esfuerzo físico, todo proceso atencional, toda imagen mental, independientemente de su contenido, y particularmente de todo afecto provoca agrandamiento de la pupila, como ocurre con cualquier estímulo sensorial”. (Santamaría Repiso, 2018)
La integración sensorial es un proceso que ocurre de forma automática en el cerebro y que consiste en organizar adecuadamente las sensaciones de nuestro cuerpo y del ambiente, con la finalidad de ser utilizadas como un todo a la hora de emitir una respuesta adaptativa al medio o situación en la que se encuentren. (TAJIBO, 2023)
Aún recuerdo cuando mi hija de apenas tres años lloraba con mucha intensidad cuando escuchaba el ruido de una licuadora, carros grandes, taladros, e incluso los colores de alguna película en particular, estos ejemplos en particular pueden desatar dificultades sensoriales en niños con esta condición, a continuación, mencionare algunas:
Cuidar a un niño autista, especialmente durante una crisis desatada por un estímulo sensorial, puede ser emocionalmente agotador, por lo que debemos cuidar los siguientes aspectos:
Los niños con TEA (Trastorno del Espectro Autista) experimentan a diario grandes dificultades con la integración sensorial, lo que en gran medida puede afectar su comportamiento y su estabilidad emocional. Por que como madres o cuidadores es fundamental cuidar el aspecto sensorial, para así poder promover su desarrollo y calidad de vida.