Este 18 de abril de 2025 se llevaron a cabo 17 procesiones en distintas comunidades de Atlixco, Puebla, movilizando a unas 20 mil personas, entre engrillados, fieles, turistas, mayordomías y medios de comunicación.
Como cada año, multitudes llenaron las calles de esta ciudad solamente para presenciar la escena; entonces, un penitente enmascarado aparece a la cabeza llevando sobre los hombros unos 90 kilos en cadenas y cactus en los brazos. Sí, es uno de los que participan en la llamada Procesión de los Engrillados del Viernes Santo en Atlixco.
La jornada inició desde temprano en el ex Convento de San Francisco, donde los participantes se prepararon física y espiritualmente con la finalidad de cumplir sus promesas; con los pies descalzos y el torso desnudo caminaron bajo el sol de abril, arrastrando pesadas cadenas en un recorrido marcado por el silencio y la devoción.
Sí, estos hombres semidesnudos caminaron por las abrasadoras calles con los ojos vendados, cargando cadenas y trozos de cactus incrustados en sus brazos, algunos también en piernas.
Aunque la representación todavía causa furor, la participación ha disminuido en los recientes años, y una tradición en la que antes participaban más de un centenar de personas, ahora apenas cuenta con una treintena. Esto coincide con una disminución más amplia en el número de personas que se consideran católicas en la nación latinoamericana.
Los lugareños y organizadores creen que se debe a la pérdida de la fe entre los jóvenes, que encuentran la práctica demasiado onerosa.
La Procesión de los Engrillados de Atlixco, Puebla, no solo representa el fervor religioso del pueblo de Atlixco, sino también su compromiso con la preservación de las tradiciones que fortalecen la identidad comunitaria. Año con año, esta ceremonia se convierte en uno de los momentos más intensos de la Semana Santa en la región.