Con una puesta en escena monumental que combinó danza, teatro, música y tradición, el Bani Stui Gulal conquistó nuevamente al público oaxaqueño y a visitantes de distintas partes del país y del mundo.
Con más de 300 artistas en escena, música en vivo, danzas tradicionales, escenografías monumentales y vestuarios de épocas llenos de color y simbolismo esta puesta en escena del Grupo Folklórico de Oaxaca retrató con fuerza y sensibilidad cómo nació, se transformó y se consolidó la Guelaguetza.
Acudieron como invitados de honor el gobernador Salomón Jara Cruz y la presidenta honoraria del DIF, Irma Bolaños Quijano, así como la representante de la Diosa Centéotl 2025, Patricia Casiano Zaragoza.
A través de un recorrido por cuatro momentos clave —la era prehispánica, la etapa colonial, el México Independiente y la época contemporánea— el espectáculo ofreció un relato visual y emotivo del espíritu que da vida a los Lunes del Cerro.
En la representación prehispánica se escenificó la Gran Fiesta de los Señores, ceremonia en honor a Centéotl, diosa del maíz, que incluía ofrendas, danzas rituales y el sacrificio de una doncella.
Con la llegada de la colonia, los misioneros prohibieron estos rituales y fomentaron nuevas festividades católicas, dando paso a la fiesta de la Virgen del Carmen, donde los tradicionales monos de calenda, zancudos y enanos llenaron de alegría el escenario.
Durante la etapa del México Independiente se revivió la costumbre de subir al Cerro del Fortín para convivir y celebrar. Uno de los momentos más esperados fue la aparición de la monumental serpiente, que volvió a sorprender al público con humo y fuegos artificiales, llenando de asombro la Rotonda de la Azucena.
El cierre, representando la época contemporánea, fue protagonizado por mujeres de las ocho regiones del estado, ataviadas con sus trajes típicos, declamando el poema “¡Yo soy Oaxaca!”, exaltando la identidad, el orgullo y la diversidad cultural de los pueblos oaxaqueños.