La Bomba… de fracasos
Juan Carlos Rodríguez, Comisionado del futbol mexicano, en la FMF. | X jcrodriguezbas_
No han entendido. Cuando Juan Carlos Rodríguez asumió, de facto y luego oficialmente, en puesto de Comisionado del futbol mexicano, se creyó que se daría un paso adelante. Y sí, se dio; sin embargo, ese paso no se hizo acompañar de la correcta instrumentación de todo lo demás que hará posible un real cambio en la dinámica perdedora de la Selección Nacional de México.
El futbol mexicano, como cualquier reforma aplicada a lo ya podrido, requiere de su tiempo de maduración y cambios sin maquillaje. No solo se trata de cambiar para seguir iguales, no solo se trata de decretar un cambio, sino de instrumentarlo.
Contrario a muchos colegas, no creo que le discusión pase por la existencia del ascenso o el descenso, ambos, para resumir; no pasa porque la Liga de Expansión MX se haya convertido en un ente solo con aspiraciones monetarias, porque ese es el premio al que apunta el campeón de cada año deportivo.
Se puede tener una Liga MX competitiva, aun sin ascenso-descenso, ¿pero cómo? Con el decidido compromiso de los dueños de los clubes del futbol mexicano por invertir en las fuerzas básicas, por el decidido compromiso de los técnicos por alinear a los muchachos más allá de una regla que los obliga y se trata de llevarlos a competir internacionalmente para que se acostumbren a la alta competencia.
Pregúntese, ¿qué pasó con las generaciones de futbolistas mexicanos que ganaron títulos en categorías inferiores, por ejemplo los Sub-17 de 2005 y 2011? No mucho. Ese éxito no se trasladó a la selección mayor y la mentalidad triunfadora se fue diluyendo con el paso de los años y hoy de aquello solo queda el recuerdo.
No. La Selección Nacional de México fracasa, y fracasará, una y otra vez, porque la prioridad no está en la cancha, está en la sacadera de dólares, porque en ello está asentado el modelo de negocio, en el convencimiento de que se puede llevar a la SNM a jugar partidos a Estados Unidos una y otra vez jugándole el debo en la boca a los paisanos, que nostalgia, llenan estadios y contribuyen a hacer caja en dólares.
¿Por qué no, contrario a ello, se lleva al equipo a competir a plazas donde le sea históricamente incómodo? ¿Por qué no juegan en Brasil, sí, allá; por qué no contra Argentina en su país, en Quito contra Ecuador, o en Europa? ¿Por qué no? Se debería hacer ese esfuerzo, en todas las categorías posibles para sacarle a directivos y jugadores la cómoda idea de que jugar en EU es la meca de nuestro futbol? Luego entonces, el repetitivo e inevitable fracaso.
Importante
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